martes, 2 de diciembre de 2025

Teniente Coronel Francisco Jose Moreno.

 

Teniente coronel Francisco José Moreno Chaves, jefe del DAT Orión: «Llevamos toda nuestra vida profesional preparándonos para estas operaciones internacionales»

En Yibuti
 28 de noviembre de 2025
  • Desde 2008, los aviones españoles en Yibuti han realizado más de 15.000 horas de vuelo al servicio de la operación Atalanta durante los periodos intermonzónicos, porque es cuando «se produce un mayor índice de actividades ilícitas».

En unos días, el teniente coronel Francisco José Moreno Chaves (Melilla, 1976) —destinado en el Ala 46 en Las Palmas de Gran Canaria— regresa a España al frente de su dotación, un equipo de 50 aviadores, y con la satisfacción de la misión aérea bien cumplida. Todos ellos pertenecen al 56º contingente del Destacamento Aéreo Táctico (DAT) ‘Orión’, que comenzó su misión en Yibuti cuando arrancaba el pasado septiembre. Para el teniente coronel, ha sido «un gran honor» liderar a este equipo de militares del Ejército del Aire y del Espacio y, más aún, representar todos juntos a España en este país africano y en el marco de la operación EUNAVFOR Atalanta.

Allá por 2008, España inició su despliegue aéreo en Yibuti con el envío de un avión P-3M Orión, al que «todos tenemos un cariño enorme, pero sabíamos que había llegado el final de su vida operativa». Por ello, en 2022, fue reemplazado por el avión VIGMA D4, «una aeronave más adecuada para las misiones de vigilancia por la gran capacidad de sus sensores», que solo despliega durante los periodos intermonzónicos.

En esta entrevista, el jefe del 56º contingente ‘Orión’ desglosa su intensa misión, que ha estado jalonada por unas 250 horas de vuelo —incluida la participación en la operación de rescate del mercante `Hellas Aphroditeo´—, por muchas horas de mantenimiento y preparación del avión y de todos los equipos, y por unas excelentes relaciones con las fuerzas internacionales de países aliados y amigos desplegadas en Yibuti: «Estoy convencido de que todos ellos consideran que los militares españoles estamos perfectamente entrenados y totalmente comprometidos con la misión y el servicio a España, y que cumplimos con profesionalidad, abnegación, dedicación y sin excusas».

¿Cómo se ha preparado el contingente para desplegar en una operación conjunta e internacional como Atalanta en una región compleja como el Cuerno de África?

Aunque suene a tópico, llevamos toda nuestra vida profesional preparándonos para estas operaciones internacionales, que son una oportunidad magnífica para trasladar nuestro entrenamieneto diario a una misión real, cuyo principal objetovo es siempre contribuir a la seguridad y estabilidad mundial y, por ende, de España.

En territorio nacional, las interacciones entre los Ejércitos y la Armada son frecuentes y enfocadas a optimizar la acción conjunta y la interoperabilidad. Nuestras misiones específicas son distintas, pero nuestra esencia es la misma: el servicio a España allá donde se determine. Algo parecido ocurre cuando desplegamos con otros países aliados y amigos, porque todos perseguimos el bien común. Este sentimiento compartido, junto con nuestra capacidad de adaptación y versatilidad, es el fundamento que nos une a todos para cumplir nuestra misión de la forma más eficiente.

Por otro lado, antes de desplegar, recibimos una instrucción específica sobre la operación Atalanta —tanto del Mando de Operaciones como del Mando Aéreo de Combate—, que se enfoca principalmente en afinar el conocimiento de la zona de operaciones y nuestra actuación en esta misión. Además, nos esforzamos mucho en conocer bien nuestro país de despliegue, Yibuti, y su población, porque somos muy conscientes de la trascendencia de nuestra relación con todos ellos, que son nuestros anfitriones.

Nuestro avión D4 solo despliega en periodos intermonzónicos, ¿a qué se debe esta singularidad y cuáles son los cometidos de la aeronave?

Efectivamente, el avión solo está en Yibuti en esos periodos, pero esto no se debe tanto a limitaciones operativas, sino más bien a las malas condiciones de la mar. Por el contrario, la meteorología y, sobre todo, el estado de la mar son más benévolos durante estos periodos intermonzónicos, y eso provoca que haya un mayor índice de actividades ilícitas relacionadas con el propósito de la misión. De ahí que la aeronave despliegue en estos periodos.

En cuanto al D.4, es una aeronave VIGMA con capacidad para realizar tanto vigilancia marítima como búsqueda SAR. Para ello, incorpora una serie de sensores que posibilitan que pueda detectar, a partir de una distancia determinada, la presencia de una embarcación. En la consecución de esta misión, los actores principales son el Supervisor Táctico de Operaciones VIGMA (STO-VIGMA), los operadores de los equipos y los observadores. Más en concreto, el STO fija las prioridades en función de las órdenes recibidas, da indicaciones al comandante de la aeronave sobre la zona y maniobras a ejecutar para obtener los mejores productos posibles, al tiempo que dirige las acciones de los operadores y observadores. Asimismo, se encarga de radiar los mensajes que correspondan, dirigidos a las embarcaciones que navegan en las zonas de vigilancia o búsqueda, además de notificar vía satélite al mando táctico cualquier novedad que deba ser informada con carácter inmediato.

Y cuando el D.4 no está en Yibuti, ¿cuál es el cometido de los aviadores que permanecen en el DAT Orión?

Sin lugar a dudas, su permanencia es absolutamente necesaria para garantizar la operatividad de la misión. Cuando no se dispone de avión en zona, el contingente queda reducido a 15 personas, que se encargan de mantener el buen estado de las instalaciones y la operatividad de los equipos electrónicos y de telecomunicaciones. Gracias a su labor y esfuerzo, todo está preparado para que el avión comience a operar desde el primer día que aterriza en Yibuti; y esto no sería posible si se desactiva el destacamento. Además, este equipo reducido de aviadores ejerce una labor institucional esencial, pues permite demostrar el compromiso permanente de España; y también contribuye a actualizar nuestra conciencia situacional, que es muy necesaria para garantizar la seguridad de nuestras fuerzas en zona de operaciones.

En la operación Atalanta también participa la fragata ‘Victoria’ como buque insignia, ¿cómo es la comunicación y organización entre ambos?

La fragata Victoria y el avión D.4 operan con sus respectivas dotación y tripulación, pero ambas bajo el control táctico del comandante de Fuerza de la operación Atalanta —FHQ, por sus siglas en inglés—, que siempre está embarcado. Este FHQ es responsable de optimizar la acción sinérgica del D.4 y la fragata a través de una comunicación permanente. En nuestro caso, el Destacamento Aéreo Táctico ‘Orión’ pone a disposición del FHQ las capacidades de la aeronave y su tripulación en unas condiciones de operación acordadas previamente.

Junto a la ‘Victoria’, participaron en el rescate del mercante ‘Hellas Aphrodite’, ¿cómo se llevó a cabo dicha operación?

Durante el desarrollo de esta operación, el D.4 estuvo siempre a disposición del FHQ para realizar misiones de ISR (Inteligencia, Vigilancia y Reconocimiento), que es posible gracias a los sensores y equipos fotográficos de dotación, operados por los expertos tripulantes de la aeronave. En este contexto, el D.4 despegó dos días consecutivos para sobrevolar la zona del evento de piratería y proporcionar al comandante del FHQ una imagen precisa de la situación, lo que fue determinante para su toma de decisiones y, finalmente, la vuelta a la normalidad.

¿Estamos ante un nuevo repunte de la piratería en la región?

Estamos operando en un entorno complejo en el que las actividades de piratería y de otra índole (tráfico de armas, de seres humanos y drogas, entre otras) están contenidas, pero ni mucho menos erradicadas, como hemos visto en los días pasados. En este contexto, la contribución de nuestro destacamento aéreo a la seguridad marítima en el océano Índico Occidental sigue siendo esencial. Y las cifras hablan muy bien de este esfuerzo: desde 2008 se han ejecutado un elevado número de misiones y más de 15.000 horas de vuelo, que han proporcionado a las autoridades europeas productos de gran calidad que, a buen seguro, han contribuido al proceso de toma de decisiones para luchar contra la piratería.

En apenas unos días termina su misión en Yibuti, ¿qué se lleva de todos estos meses al frente de ‘Orión’?

En primer lugar, me llevo la alegría de que todos volvemos a casa con el convencimiento de haber hecho lo mejor para cumplir nuestra misión. En estos momentos, me gustaría subrayar y agradecer el trabajo de las tripulaciones y los distintos equipos que, desde sus respectivas áreas, han apoyado la ejecución de las operaciones aéreas. Yibuti es un país con unos estándares de seguridad elevados dentro de la región, pero el entorno de operación del D.4 es complejo y requiere de una gran preparación. A pesar de todo ello, los aviadores han rendido a gran nivel, con lealtad inquebrantable y permanente dedicación. Con un equipo tan magnífico, la labor de mando se hace mucho más sencilla. Ha sido un gran honor ser el jefe del 56º contingente del Destacamento Aéreo Táctico 'Orión'.



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