La soldado Isabel Fernández Jiménez, de nuevo campeona del mundo de para-kárate
14/12/2023Artículo de la Revista Española de Defensa nº 411
Cuando Isabel Fernández Jiménez consiguió la medalla de oro del mundial de para-kárate, organizado el pasado mes de octubre en Hungría, ya sabía que iba a ser su último campeonato. De hecho, ni siquiera iba a participar porque «en el europeo celebrado siete meses antes, lo pasé muy mal, con mucho dolor, metida en la cama antes y después de la competición muy medicada».
Entonces tomó la decisión de retirarse; pero no lo hizo. Aguantó una competición más y ganó su tercer mundial, título que sumó a los cuatro europeos y tres nacionales que adornan la vitrina deportiva de esta soldado destinada en la Escuela Central de Educación Física, en Toledo.
Pero su trayectoria, tanto profesional como deportiva, no ha sido fácil. Con 28 años le diagnosticaron una artrosis degenerativa que le ha ido debilitando hasta dejarla en silla de ruedas. Ahora, con 36 años, realiza labores administrativas. «Que me hayan permitido trabajar, es un regalo», señala esta soldado que dice sentirse en deuda con el Ejército. «Muchos me dicen que soy un ejemplo y no les puedo fallar. Sobre todo a los compañeros que tienen discapacidades menos visibles que la mía. Si ven que yo puedo, ellos pueden».
Isabel no ingresó en el Ejército hasta los 27 años, pero durante toda su vida había estado rodeada de uniformes. Hija de militar, nació en Medina del Campo (Valladolid), donde estaba destinado su padre, y, a los ocho años, se fue con toda la familia a vivir a Toledo. Fue su padre precisamente quien la informó de que habían salido plazas para soldados y no se lo pensó, consiguió una de ellas e ingresó en el Centro de Formación de Tropa nº 1, en Cáceres. «Fueron los cuatro meses más divertidos de mi vida».
«Me lo pasé en grande», asegura. «Yo hacía atletismo y me gustaba el tiro, pero, lógicamente, practicarlo costaba dinero. En el Centro, sin embargo, me pagaban por hacer algo por lo que yo antes pagaba». «Sabía dónde me metía —añade— pero me lo pasé mucho mejor de lo que esperaba».
Al finalizar su formación, fue destinada al Regimiento La Reina nº 2, de la Brigada Guzmán el Bueno X, en Cerro Muriano (Córdoba). «Pedí una unidad operativa porque quería ir de misión», recuerda. Pero no pudo ser. Al poco tiempo de llegar allí, comenzó a tener problemas con una rodilla. Ella había hecho deporte toda su vida y pensaba que le dolía por correr. Sin embargo, tuvo que pasar por el quirófano y fue entonces cuan do llegó la mala noticia. «Me dijeron que lo mío no tenía cura. Que padecía una artrosis de una persona de 65 años».
No hay comentarios:
Publicar un comentario